La intimidad y la EII

¿Cómo puede afectar la EII en mi vida íntima o mis relaciones personales o sexuales?

 

Seguramente ésta es una pregunta que se ha hecho en algún momento, y no está solo: la intimidad es una preocupación importante para muchas personas, no sólo para quienes padecen alguna enfermedad o condición crónica.

Se sabe que este tema puede ser considerado demasiado personal o penoso como para hablarlo abiertamente con su médico o incluso con la pareja, y muchas personas prefieren no compartir con nadie sus dudas o la forma en la que la EII afecta esta parte importante de su vida. Se podría sorprender de todo lo que puede aprender al hablar de este tema.

 

Primero que nada, se ha visto que, en muchos casos, la EII no siempre afecta la capacidad física para tener relaciones sexuales. Sin embargo, es probable que, durante un brote o recaída, simplemente no quiera ni pensar en una relación íntima. La buena noticia es que se ha visto que, así como la EII puede ser controlada, el efecto de la enfermedad sobre el deseo y la actividad sexual también pueden ser controlados. Para esto  hay que estar al tanto de sus emociones y estar más abierto a platicar el tema con quienes pueden ayudarle; su médico y por supuesto su pareja.

 

¿Cómo se siente?

 

Seguramente siente muchas emociones relacionadas con la enfermedad y cómo ésta afecta a su relación de pareja, es muy común tener sentimientos de vergüenza, ansiedad, preocupación o incluso malestar.

 

Algunos consejos prácticos:

 

  • Compartir con su pareja sus miedos, sentimientos y tener un canal de comunicación abierto y de confianza. Será importante poder compartir cuándo necesitará más apoyo de su parte.
  • En caso de tener problemas durante el sexo, especialmente si se siente dolor durante las relaciones, es importante hablar con su especialista.
  • Si tiene que utilizar un supositorio por la noche, póngalo después del coito. Esto reducirá las posibilidades de necesitar ir al baño durante el sexo.
  • Si requiere tomar medicamentos antes de dormir (como soluciones rectales o supositorios), deje la espontaneidad sexual para otro momento del día en lugar de sea únicamente por la noche.
  • Utilice un gel lubricante si experimenta dolor o malestar durante las relaciones sexuales.
  • La intimidad no se resume en tener relaciones sexuales. Los besos, las caricias y la cercanía, especialmente cuando no se sienta bien, pueden ser suficientemente placenteras.
  • Si experimenta mucho cansancio, intente relajarse lo más posible y trate de comentar sus ansiedades con su pareja. Considere dejar los momentos íntimos para cuando esté menos cansado, por ejemplo, por la mañana en lugar de por la noche.
  • El ejercicio regular puede ser también de gran ayuda para su vida sexual.
  • Los grupos de apoyo locales o en línea pueden ser una fuente de apoyo y validación, ya que ofrecen la oportunidad de compartir sus preocupaciones con otros que están pasando por situaciones similares.

 

A pesar de padecer la misma enfermedad, la vida sexual puede verse afectada de forma diferente para hombres y para mujeres.

  • Mujeres:

Reducción o pérdida del deseo sexual. Puede deberse a un cambio en la autopercepción corporal, al uso de ciertos medicamentos, así como también al cansancio durante los periodos de recaída

Reducción de la sensibilidad en las áreas sexuales lo que lleva una falta de excitación y sequedad vaginal. Esto a veces puede hacer que el coito sea doloroso o incómodo.

¿Qué hacer?

Hablar con su pareja y no tener miedo de pedir a su pareja que le     reafirme que aún la encuentra atractiva

Usar un gel lubricante y experimentar con diversas posiciones.

 

  • Hombres:

Los nervios alrededor de los órganos genitales (que están muy cerca del área del intestino) se pueden cortar o dañar a veces durante una cirugía, lo que puede ocasionar problemas de erección y eyaculación. En la mayoría de los casos, los nervios se recuperarán y puede esperarse una resolución completa, el tiempo en que esto demora, es variable según cada persona.

 

¿Qué hacer?

Hable con su pareja y pídale que sea paciente.

Explorar métodos alternativos para lograr el placer sexual.

 

Hable con su médico si estos problemas persisten durante más de dos años. El médico podrá canalizarlo a un especialista para darle mayor asesoría.

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